Una reivindicación de Mairena a Madrid, con parada en Marmolejo.
Viene de IUMarmolejo.
El compañero de Mairena del Alcor que hace once días saliera en una solitaria marcha hacia Madrid, José, se encuentra desde el Lunes pasado en Marmolejo curandose las heridas en los pies y reponiendo fuerzas.
La Asamblea de IU de Marmolejo ha acogido a este caminante por los Derechos de los Trabajadores, desde que el pasado lunes al mediodía recibieramos la voz de alarma de que un compañero que andaba por la autovía Madrid-Cádiz necesitaba ayuda. La primera actuación fue llevarlo al Hospital Alto Guadalquivir donde se le apreciaron lesiones por ampollas en las plantas de ambos pies y se le recomendó varios días de reposo y curas sucesivas, las mismas que diariamente se les están practicando en el ambulatorio de Marmolejo.
La Asamblea de IU de Marmolejo ha acogido a este caminante por los Derechos de los Trabajadores, desde que el pasado lunes al mediodía recibieramos la voz de alarma de que un compañero que andaba por la autovía Madrid-Cádiz necesitaba ayuda. La primera actuación fue llevarlo al Hospital Alto Guadalquivir donde se le apreciaron lesiones por ampollas en las plantas de ambos pies y se le recomendó varios días de reposo y curas sucesivas, las mismas que diariamente se les están practicando en el ambulatorio de Marmolejo.
Desde entonces se está recuperando favorablemente con nosotros, alojandose en nuestra sede y compartiendo sus experiencias en la carretera así como los motivos y convicciones que le han llevado a emprender esta dura marcha.
José, que por el momento prefiere mantenerse en el anonimato con la timidez de quien no se siente ni importante ni protagonista, solo un obrero más, un oficial de jardinería en paro, es un hombre de trato afable, inquieto, inconformista, con el inconformismo que da el depender de sus manos para darle de comer a una familia y que esas manos se vean obligadas a estar ociosas, le puede la rebeldía ante la injusticia social y laboral y no comprende como no le acompañan por la carretera los cientos de miles de trabajadores que comparten su precaria situación. Sinceramente, nosotros tampoco lo comprendemos.
No quiere que su esfuerzo pase inadvertido, pero al mismo tiempo es un grito anónimo y ahogado ante la impotencia de la pequeñez del individuo frente a la apisonadora ciega del Estado, no quiere preocupar en exceso a los que le quieren y le siguen en la distancia, pero tampoco quiere que las conciencias de las personas de los pueblos por los que pasa queden queden indiferentes ante la realidad que nos está tocando vivir, por eso no pierde oportunidad de explicar y explicarse, contar su caso, que es el de la mayoría, y repetir un mensaje de unidad y esperanza. Y es que José desde la carretera lo está viendo claro, está encontrando a muchos compañeros afectados a muchos Josés dispuestos a hacer algo, pero que no saben qué.
No quiere que su esfuerzo pase inadvertido, pero al mismo tiempo es un grito anónimo y ahogado ante la impotencia de la pequeñez del individuo frente a la apisonadora ciega del Estado, no quiere preocupar en exceso a los que le quieren y le siguen en la distancia, pero tampoco quiere que las conciencias de las personas de los pueblos por los que pasa queden queden indiferentes ante la realidad que nos está tocando vivir, por eso no pierde oportunidad de explicar y explicarse, contar su caso, que es el de la mayoría, y repetir un mensaje de unidad y esperanza. Y es que José desde la carretera lo está viendo claro, está encontrando a muchos compañeros afectados a muchos Josés dispuestos a hacer algo, pero que no saben qué.
Cualquier cosa mejor que estar de brazos cruzados esperando ver la luz al final de un túnel que se está haciendo eterno mientras, poco a poco pero inexorable, va sumando victimas en exclusión social, desahucios, pobreza, desesperación, marginalidad con secuelas físicas y sicológicas. Es una guerra de las familias contra la expansión de la miseria y las únicas armas que tenemos es la solidaridad y la lucha colectiva.
Quizás José pase sin pena ni gloria con sus doloridos pies por delante de nuestras vidas, aunque nuestros problemas son demasiado parecidos a los suyos para ignorarlo, o quizás sea como la gota que colma el vaso, o la piedra que provoca el alud, o el efecto mariposa de su sacrificio se multiplique en una espiral colectiva y organizada en la protesta, la lucha y la organización de la Gente de Izquierdas por sacar nuestras familias, nuestros pueblos y nuestro Proyecto para adelante. Por el momento aquí en Marmolejo y a través de la red se están recibiendo centenares de muestras de apoyo a su marcha y a su causa que es la de todos.
Quizás José pase sin pena ni gloria con sus doloridos pies por delante de nuestras vidas, aunque nuestros problemas son demasiado parecidos a los suyos para ignorarlo, o quizás sea como la gota que colma el vaso, o la piedra que provoca el alud, o el efecto mariposa de su sacrificio se multiplique en una espiral colectiva y organizada en la protesta, la lucha y la organización de la Gente de Izquierdas por sacar nuestras familias, nuestros pueblos y nuestro Proyecto para adelante. Por el momento aquí en Marmolejo y a través de la red se están recibiendo centenares de muestras de apoyo a su marcha y a su causa que es la de todos.
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