domingo, 7 de noviembre de 2010

DIA 3º

A las ocho de la mañana llega el compañero Juan, para despedirse de mi, cerrar la sede y obsequiarme con una deliciosa lata de caballa con tomate, la cual devoré de camino a Vilarrubia, ¡¡qué rica estaba esa caballa con tomate!!.
Paso a paso, sigo mi camino dirección a Vilarrubia. He decidido hacer trayectos cortos al menos durante dos días para recuperar el tobillo, pues desde el segundo día llevo andando con dolor a cada paso que doy. A cada paso que doy recibo las llamadas de Lele, coordinador general de IU en Córdoba, el cual está organizando para que los compañeros de Vilarrubia puedan acogerme para descansar, y cada paso más llamadas del compañero Lele para animarme para preguntarme si todo iba bien.
Llego a la iglesia de Vilarrubia y me recibe Manuel Baro, ¡el cura Baro!, el cual me abre la puerta de su iglesia y la de su corazón. En el despacho como cruz de cristo, tiene colgado en la pared una especie de tapiz con un poema de Bertolt Brecht:
Primero vinieron a por el comunista…

Tras contarle mi historia, que por cierto ya la conocía, me dijo: “te voy a pagar una pensión para que descanses en condiciones y te puedas asear, y un compañero del partido te pagará un menú.” Al llegar a la pensión con “mi cura” y el compañero del partido, la mujer de la pensión me pregunta y yo le cuento mi historia. Mientras me dirijo a la habitación, oigo a la mujer decirle al cura Baro:”¿sabes que te digo? Que yo no puedo cobrarte la pensión. No me tienes que pagar nada.”
¡¡Muchas gracias, ciudadana!!
A las 17:00 h., me visita el alcalde pedaneo de Vilarrubia, del PCE. Me trae un bocadillo de tortilla caliente, un plátano, una cerveza y cinco euros, pero sobre todo me llena el corazón de dignidad, solidaridad y ánimos para seguir caminando.

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